En los ecosistemas marinos y lacustres la zona fótica es aquella en la que penetra la luz del sol. Su profundidad es muy variable en función de la turbidez.
Se llama profundidad eufótica o nivel eufótico a la profundidad en la que la intensidad de la luz queda reducida a un 1% de la que ha penetrado la superficie, el límite por debajo del cual no queda lugar para la fotosíntesis. Algo de luz puede registrarse hasta 700 o más metros de profundidad, pero el límite de la zona eufótica, con luz suficiente para que haya algo de fotosíntesis, puede situarse a sólo unos decímetros, en aguas muy turbias de ríos y pantanos, o acercarse a los 200 m, que es el valor típico en las regiones tropicales de los océanos, de aguas muy transparentes.
Los rayos del sol que alcanzan la superficie penetran o se reflejan en proporciones que varían con la inclinación (desviación de la vertical), de manera que cuanto más cerca está el Sol del horizonte, mayor es la proporción reflejada. Esto hace que dentro del agua la luz sea esencialmente cenital (es decir, desde arriba). La luz difusa del cielo se refleja en un 17%. A medida que profundizamos la luz dispersa va ganando importancia relativa con respecto a la cenital, la que incide desde arriba, y el gradiente de iluminación se va haciendo menos marcado.
El primer factor que afecta la transparencia son las propiedades ópticas del agua. En contra de la primera impresión, el agua no es totalmente transparente para la luz visible, sino que la absorbe con una eficacia que depende de la longitud de onda, es decir, del color.
El primer factor que afecta la transparencia son las propiedades ópticas del agua. En contra de la primera impresión, el agua no es totalmente transparente para la luz visible, sino que la absorbe con una eficacia que depende de la longitud de onda, es decir, del color.
El otro factor del que depende la penetración de la luz es la turbidez. Ésta mide la presencia de partículas que absorbiendo o reflejando la luz la obstaculizan. En ciertas circunstancias, como las corrientes costeras, la carga puede consistir sobre todo en partículas minerales, sobre todo de la fracción arcillosa, la de menor diámetro. En alta mar son los microorganismos del plancton y las partículas orgánicas las que enturbian el agua. Las propias moléculas del agua dispersan la luz, como hacen las del aire, y tienden a reservar el color azul o azulverdoso característico de las aguas profundas. Cuando abundan las partículas, cualquiera que sea su color propio, la dispersión favorece una color más amarillento, de forma que las aguas turbias tienden a ser más verdes y menos azules que las transparentes.
Sin luz no hay fotosíntesis, ni por lo tanto muchas oportunidades para la producción primaria, así que es en la zona fótica donde se concentra la mayor parte de la biomasa y la actividad metabólica en los mares. En las regiones tropicales de los océanos la producción primaria es muy limitada, porque los nutrientes minerales se agotan muy deprisa sin renovarse, constituyendo casi desiertos biológicos; es en estas regiones donde la turbidez debida a los seres vivos es mínima y la zona eufótica alcanza la máxima profundidad.
ZONA AFÓTICA
La zona afótica (del griego α, sin y φοτος, luz) se define como la zona, tanto oceánica como lacustre, en la que no es posible el desarrollo de procesos fotosintéticos, menos del 1% de la luz solar penetra aquí. La profundidad a la cual comienza esta zona va a depender principalmente de la turbiedad de las aguas. En aguas oceánicas la zona afótica va aproximadamente desde los 200 a 4000 metros y la temperatura de 0°C - 6°C, dependiendo de las características del agua y profundidades.
La zona afótica se divide en dos partes, la zona bática y la zona abisal.
La zona bática se extiende desde los 200 hasta los 2000 metros de profundidad.
La zona abisal se extiende desde los 2000m hasta lo más profundo. Criaturas en esta zona están adaptadas a la completa oscuridad.
En resumidas cuentas esta zona es donde no llega la luz solar por lo tanto no se llevan a cabo procesos fotosinteticos